jueves, 15 de septiembre de 2016

La Señal

"Ésta es la Señal. Si la escuchas, has sido elegido".

Hago una pausa en las reseñas de la saga Harry Potter para traeros mi opinión sobre esta película, la primera de ciencia ficción sobre la que escribo en el blog. Para mí, La Señal tiene todos los ingredientes para que una película de ciencia ficción me guste: intensidad, originalidad, misterio. y estética, Fui a verla al cine hace un par de años sin tener ni idea del argumento, y he de decir que salí bastante sorprendido por lo que acababa de ver.

Nic, Haley y Jonah, tres estudiantes de universidad, deciden emprender un viaje hacia una zona aislada para encontrar e interceptar a Nomad, un misterioso hacker que sacó a la luz fallos de seguridad en la red de su universidad, y dejó que ellos cargaran con la culpa y con el castigo. De repente, todo se vuelve oscuro, y poco después, Nic despierta en un extraño centro de investigación subterráneo. Interrogado día tras día, y alejado de sus amigos, Nic tendrá que encontrar la forma de salir del centro en el que es retenido, y de escapar de la pesadilla en la que se ha metido.

"¿Estás nervioso, Nic?"

William Eubank escribe y dirige La Señal. Uno de sus principales aciertos y a la vez defectos es que es muy ambiciosa. Intenta tocar varios temas, y abarcar mucho terreno, quedándose finalmente demasiado floja en su hora y media de duración. De todas formas, es admirable que un cineasta independiente haga este enorme esfuerzo por transmitirnos su visión y su pensamiento.

El tema principal de la película es el conflicto entre el instinto y la razón. El personaje protagonista, Nic, comienza la película siendo un brillante estudiante de informática que piensa que lo correcto es vivir la vida de un modo racional. Recordemos que, en un principio, Nic se niega a rastrear al hacker que se está burlando de ellos porque cree que hacerlo no tiene ningún sentido, y que es peligroso. Acepta a regañadientes por la insistencia de su amigo, y ésto desencadena los eventos de la película. Durante ellos, el personaje de Nic sufre una serie de peligros y transformaciones que lo obligan a dejar la razón a un lado, y a guiarse por su instinto de supervivencia y su objetivo de proteger a la chica que ama. En la última escena de la película, Nic está acorralado y no tiene escapatoria, pero decide abrazar su parte emocional y toma una decisión arriesgada, aparentemente estúpida, que acaba por conducirnos al final ambiguo que plantea la película.

El mismo director explicó que esa "señal" que pone título a su película significa tener una mente abierta, y estar dispuesto a escuchar nuestros sentimientos. Aunque tratemos de vivir basándonos en la lógica y en la razón, hay emociones en nuestro interior que nunca podremos suprimir completamente. Me parece un mensaje muy bonito y profundo para una película mucho más compleja de lo que parecía en un principio. Varios críticos han notado también las similitudes del filme con la Alegoría de la Caverna de Platón. También se le puede encontrar parecido con El Mago de Oz, película clásica estrenada en 1939.

"Nos están probando, Nic. Como ratones de laboratorio".

Eubank es un director, escritor y cinematógrafo estadounidense que hizo su debut en la gran pantalla con Love, un drama de ciencia ficción sobre un astronauta que se siente solo y aislado, al estar atrapado en el espacio exterior. Se trata de una película de bajo presupuesto visualmente emocionante, y muy recomendable.

Con La Señal, Eubank se mantiene dentro del género de la ciencia ficción, mezclándolo con otro género interesante, el thriller. Le da gran importancia a la estética y a la fotografía, creando una película muy agradable para la vista. Se nota que tiene experiencia como director de fotografía, a pesar de que en la película esa función la cubre David Lanzenberg. Eubank nos regala planos preciosos, sobre todo en la parte inicial del filme. acompañados por una música muy inspirada que te introduce de lleno en la película e incluso te pone la piel de gallina.

Un aspecto que no me convence del todo respecto a la dirección es que el tono de la película no es nada constante. Casi parece que hemos visto dos películas de ritmos y estilos muy distintos, unidas entre sí de una forma muy poco sutil. Por separado ambas partes funcionan, pero al juntarlas es como si se perdiera la frescura de la película.

"¿Encontraste lo que ibas buscando?"

El trío protagonista está compuesto por tres jóvenes relativamente desconocidos. Brenton Thwaites interpreta a Nic Eastman, el personaje principal. Su interpretación es magnética y de mucha presencia. Parece haber entendido muy bien la visión del director, y se aprecia su enorme esfuerzo para transmitir de forma creíble los conflictos entre razón y emoción que tiene su personaje en su cabeza. Olivia Cooke interpreta a Haley Peterson, la novia del protagonista, aunque el guión apenas le da espacio para destacar. El trío lo completa Beau Knapp, al que vimos brevemente en Super 8, como Jonah Breck, mejor amigo del personaje principal. La verdad es que encontré al personaje de Knapp bastante irritante, aunque afortunadamente su presencia es reducida.

El mejor aspecto de la película es la presencia de Laurence Fishburne (Matrix) como el antagonista, el doctor Wallace Damon. Éste mantiene un duelo interpretativo con el personaje protagonista de Thwaites; juntos cargan con prácticamente todo el peso interpretativo de la película. Fishburne se gana todas las escenas en las que sale. Me encantan sus líneas de diálogo, y su personaje es misterioso e imponente. Una elección de reparto mty acertada, que ayuda a subir la calidad de la película.

La banda sonora de La Señal corre a cargo del compositor experimental Nima Fakhrara. Su música eleva la película a otro nivel, haciendo que nos metamos de lleno en su universo. Su contribución es fundamental para la película, y sus ideas musicales son innovadoras y sorprendentes. Se ha convertido en una de mis bandas sonoras favoritas.

"La perfecta unión de humano y tecnología. Nuestro mayor logro".

La Señal fue una de mis sorpresas de 2014. Una propuesta de cine independiente sorprendentemente ambiciosa, con ideas muy interesantes pese a que su ejecución no llegara a ser tan buena. En conclusión, me parece una película de ciencia ficción entretenida, y muy recomendable, capaz de sorprender al espectador y de hacerle reflexionar sobre temas filosóficos. Sin duda, es una película que no deja indiferente a nadie.

Este fin de semana daré mi opinión sobre Harry Potter y las Reliquias de la Muerte - Parte 2, y con ello terminaré de revisar toda la saga. Cuando suceda ésto, abriré una encuesta en Twitter para decidir lo que vendrá después. Saludos.


martes, 13 de septiembre de 2016

Harry Potter y las Reliquias de la Muerte - Parte 1

"Nuestro mundo jamás ha encarado una amenaza tan grande".

Una de las sagas más exitosas de la historia del cine se acerca a su conclusión con Harry Potter y las Reliquias de la Muerte - Parte 1, un filme que consigue superar su condición de simple preludio mediante una bella cinematografía, una banda sonora muy acertada, y un inspirado trabajo por parte del director.

Harry, Ron y Hermione deciden no acudir a Hogwarts en su séptimo año. En su lugar, inician una búsqueda desesperada por encontrar y destruir los Horrocruxes, objetos mágicos en los que Lord Voldemort ha guardado fragmentos de su alma para ser inmortal. Mientras tanto, los seguidores de Voldemort toman control del Ministerio de Magia, arrestando a todo aquél que se oponga a sus ideas. Convertidos en mayores de edad, y sin la protección del profesor Dumbledore, los tres protagonistas se convierten en fugitivos. Su única oportunidad contra Voldemort pasa por encontrar todos los Horrocruxes, pero podrían estar en cualquier parte y no saben por dónde empezar. Durante su viaje, descubrirán una historia antigua sobre tres objetos, las Reliquias de la Muerte, que podrían hacer invencible a la persona que los reúna.

"Harry es nuestra única oportunidad. Confiad en él".

En la silla de director continúa David Yates, que mantiene el estilo sobrio de entregas anteriores, pero realiza algunos cambios que diferencian a la película dentro de la saga. Esta es una película de Harry Potter diferente a las demás. Parece una película de carretera, en la que el trío protagonista realiza un viaje para encontrar todos los Horrocruxes, y así poder acabar con Lord Voldemort. Es muy interesante ver a los protagonistas tratando de sobrevivir como delincuentes, lejos de sus familias y de Hogwarts. Durante toda la película tenemos una sensación de peligro y desprotección que ya se fue introduciendo en la anterior entrega, Harry Potter y el Misterio del Príncipe. Me encanta el uso del recurso de la cámara en mano durante algunas escenas. Este recurso da un tono más realista, haciendo que en ocasiones la película se sienta como si fuera un documental.

Harry Potter y las Reliquias de la Muerte - Parte 1 es una película preciosa. En lo visual es una obra de arte, como ya ocurriera con la sexta entrega. El cinematógrafo portugués Eduardo Serra entra en la saga como director de fotografía, y colaborando con el director, le brinda a la película un tono propio del final de una historia. Serra se encontró con el desafío de que, por primera vez en la saga, la película no estaba situada principalmente en un lugar (Hogwarts), sino que la película narra un viaje por diferentes paisajes y lugares. Éste aspecto permite a la película brillar y sentirse diferente a las demás. Los paisajes que aparecen en la película son impresionantes, y todos distintos entre sí.

Me gustaría alabar el trabajo en efectos especiales de esta película. La escena de la huida de Privet Drive es impresionante, de las mejores escenas de acción de la saga. También tengo que destacar el trabajo realizado para dar vida a Dobby y Kreacher. Harry Potter es una de esas sagas en las que todo está cuidado al detalle, y siempre cuentan con los mejores efectos visuales del momento.

"Ningún lugar es seguro".

Stuart Craig regresa para el diseño de producción. El desafío es muy grande, ya que gran parte de la película tiene lugar en el exterior, y han tenido que construir decorados artificiales en medio de un paisaje real, juntándolos de tal forma que quedase natural. Me parece muy interesante el decorado construido para la Mansión de los Malfoy. Craig la convierte en una casa con ventanas enormes y de mucha presencia, rodeada por un oscuro y misterioso bosque. También volvemos al interior del Ministerio de Magia, visto por primera vez en Harry Potter y la Orden del Fénix. Éste es uno de mis decorados preferidos, y fue genial visitarlo una vez más. El diseño de producción es tan bueno que hace que no eche de menos ir a Hogwarts.

Tengo que aplaudir la decisión de dividir el séptimo libro en dos partes. El libro contiene tramas y puntos argumentales que afectan a muchos personajes de la saga, y llegan a su fin. Con lo cual, para proporcionar una experiencia completa, y crear una conclusión que esté a la altura, se necesita que la película dure cuatro o cinco horas. A priori podría parecer que, al dividir la historia en dos, la primera parte se queda vacía y falta de contenido, como ocurre con otras sagas que dividen su última entrega en dos (Crepúsculo, Los Juegos del Hambre). Pero afortunadamente, ésto no sucede en la primera parte de Las Reliquias de la Muerte.

El hecho de dividir la historia en dos partes permite a Steve Kloves, que regresa para escribir el guión, centrarse más en las emociones de los personajes, en el sentimiento de desolación y peligro, y en el viaje que realizan con el objetivo imposible de encontrar unos objetos que son la única esperanza para acabar con el villano, pero podrían estar en cualquier parte. Me gusta mucho el ritmo pausado que Kloves le imprime al guión. Un aspecto de la trama que lamentablemente fue eliminado es el pasado oscuro de Albus Dumbledore. En la novela es muy importante e interesante, y sin embargo, Kloves lo elimina para centrarse en el protagonista, como ya hiciera con las historias de fondo de Snape o de Voldemort en entregas anteriores.

Kloves introduce una pequeña escena de Harry y Hermione bailando al ritmo de Nick Cave and the Bad Seeds que consigue expresar perfectamente su relación. Es una escena de tono optimista que captura la tensión y la desesperación del momento, y la amistad y el amor que sienten. Un verdadero acierto por parte del guionista, que demuestra entender muy bien a los personajes.

"Qué lugar tan hermoso para estar con amigos".

Multitud de personajes de entregas anteriores aparecen en un reparto que junta a muchos de los mejores actores ingleses del momento. Daniel Radcliffe, Rupert Grint y Emma Watson interpretan a un trío protagonista más adulto, que ha dejado atrás la adolescencia y se prepara para afrontar los peligros del terrible mundo real. Los tres están excepcionales en la película, gracias a un guión que les permite hacer evolucionar a los personajes. Tienen carisma y encanto suficientes como para cargar con el peso de una película que se centra en ellos más que nunca, dejando de lado al resto del reparto.

Apenas tenemos adiciones interesantes al reparto, ya que la película se centra en lo que ya conocemos. Rhys Ifans trae una interpretación llena de locura y desesperación como Xenophilius Lovegood, padre de Luna, mientras que Bill Nighy interpreta a Rufus Scrimgeour, el nuevo Ministro de Magia, que ya fue eliminado del guión de El Misterio del Príncipe.  Se echa de menos a secundarios "de siempre" como Michael Gambon, Maggie Smith, Alan Rickman, o Robbie Coltrane. Salen en el filme, pero sus apariciones son muy reducidas, y prácticamente no tienen peso en la trama. Incluso llegué a echar de menos a Ralph Fiennes como un Lord Voldemort que se mantiene en las sombras, reuniendo fuerzas para su inminente ataque.

Alexandre Desplat, el nuevo compositor de la película, crea una banda sonora fuerte y emocionante. Utiliza el famoso "Hedwig's Theme" de John Williams cada vez que tiene ocasión, para reflejar nostalgia y melancolía. Harry, Ron y Hermione están lejos de su escuela, siendo perseguidos por las fuerzas oscuras de Lord Voldemort. La música de Desplat los guía durante el viaje, reflejando su pérdida de la inocencia, y su sentimiento de peligro y aislamiento.

"He visto tu corazón, y es mío".

Nos acercamos al inminente final de la saga, y esta entrega es diferente a las anteriores. Se agradece esa ambición de los responsables por crear una película que va más allá de ser la típica superproducción, adentrándose en el territorio de las películas de carretera y los documentales. Es una película capaz de hacernos sentir mucha tristeza al recordar cómo ha pasado el tiempo desde que La Piedra Filosofal llegara a los cines. Harry Potter y las Reliquias de la Muerte - Parte 1 resulta ser un filme muy satisfactorio, y un perfecto preludio para el desenlace final de la historia del joven mago, que llegaría a los cines tan solo un año después.

Esta semaña escribiré dos reseñas más. Una será sobre la segunda parte de Las Reliquias de la Muerte, y otra será sobre una película de ciencia ficción de hace dos años. Intentaré mantener este ritmo de tres reseñas semanales, con el que estoy bastante a gusto. Un saludo.


sábado, 10 de septiembre de 2016

Harry Potter y el Misterio del Príncipe

"Este libro es propiedad del Príncipe Mestizo".

Como hemos ido viendo en las reseñas, la historia de Harry Potter se vuelve más adulta conforme avanza. Este nivel de oscuridad y desgracia llega a su punto máximo en Harry Potter y el Misterio del Príncipe, la sexta entrega de la saga. La película se siente como una transición desde los hechos ocurridos en La Orden del Fénix (un filme clave en la saga que, sin embargo, es el que más flojea), y el inminente desenlace de la historia que tiene lugar en las dos partes en las que se divide Las Reliquias de la Muerte

Mientras Lord Voldemort gana fuerzas y se prepara para su ataque, el profesor Dumbledore comienza a preparar a Harry para la inminente batalla en la que está obligado a participar. Juntos indagarán en el pasado para descubrir nuevas cosas sobre la vida del Señor Tenebroso, y averiguar cuál es la forma de derrotarlo. 

"Una vez más he de pedirte demasiado, Harry".

David Yates vuelve a ser el elegido del estudio para dirigir el filme. Como ya hizo en la película anterior, busca el correcto balance entre el desarrollo de los personajes y la aventura fantástica característica de la saga. También se asemeja al estilo de El Prisionero de Azkaban, dirigida por Alfonso Cuarón, creando una película mucho más íntima que trata de colocar a los personajes frente a situaciones y sentimientos que nunca habían experimentado antes. En esta película, su segundo trabajo como director en Harry Potter, Yates se encuentra más relajado y consigue destacar más, utilizando recursos más complejos que nos muestran a los personajes desde nuevas perspectivas.

Visualmente, la gran incorporación es el director de fotografía francés Bruno Delbonnel. Delbonnel, quien ya había realizado excelentes trabajos en películas como Amélie o Across the Universe, demuestra ser el director de fotografía más hábil de todos los que han pasado por la saga. Mediante el uso de desenfoques y de una paleta de colores muy estilizada, crea una composición visual de calidad superior que resulta una delicia para la vista. Su trabajo en El Misterio del Príncipe le valió una bien merecida nominación a los Oscar. Merece especial atención la forma en la que ilumina los escenarios, esforzándose por hacerlo de manera diferente a lo que habíamos visto antes. La escena en el interior de la cueva, durante la parte final de la película, es maravillosa. En ella, tenemos a Harry y Dumbledore en un momento muy difícil y peligroso, mientras la luz se va moviendo alrededor de ellos y los ilumina de forma muy siniestra e inesperada, mostrándonos a los dos personajes como nunca antes los habíamos visto. Se nota que Yates y Delbonnel se entienden muy bien, y así consiguen crear una visión muy curiosa del Mundo Mágico.

"Hace años conocí a un chico que se equivocó en todas sus decisiones. Por favor, déjame ayudarte".

Afortunadamente para la saga, Steve Kloves regresa para firmar el guión de esta sexta entrega. Recordemos que debido a otras obligaciones no pudo escribir La Orden del Fénix, y ésta resultó tener el guión más débil y peor adaptado de la saga. En este caso, Kloves entrega un guión que nuevamente intenta contentar tanto a aficionados de la saga, como a espectadores en general. Lo que menos me gusta de este guión es que elimina ciertas tramas de la novela que personalmente considero claves para la historia. La novela de El Misterio del Príncipe fue muy interesante porque llegamos a conocer más sobre el pasado de Lord Voldemort y, sobre todo, Severus Snape, un personaje que por fin cobra verdadero protagonismo. 

Kloves elimina estas dos tramas debido a su interés por centrarse exclusivamente en el viaje y en las emociones de Harry Potter. Éste vuelve a encontrar el amor, esta vez con Ginny Weasley, personaje que estaba en la saga desde la segunda entrega y que aquí vuelve a ganar protagonismo. Otras diferencias con el libro que me sorprendieron fueron la ausencia del funeral de Dumbledore (me hubiera gustado tener una despedida digna para el personaje), o la adición de una escena de acción en la Madriguera que aporta peligro y ritmo a una película que a algunos espectadores les resultará algo lenta.

En la película tenemos nuevos escenarios, creados por el habitual diseñador de producción de la saga, Stuart Craig. Aunque la escala de la película es menor que en entregas anteriores, tenemos lugares visualmente muy interesantes, como la cueva que visitan Dumbledore y Harry en la parte final de la película. Me encantan esas formaciones geométricas de cristal que rodean a nuestros protagonistas; sin duda, un diseño muy curioso e inteligente. Todo el interior de la cueva fue diseñado por ordenador, como ya ocurriera con la Sala de las Profecías en Harry Potter y la Orden del Fénix. Se nota que los responsables de la película están muy cómodos combinando decorados reales y decorados digitales. Al terminar la película tuve la sensación de que el diseño de producción era menos fresco e interesante que en entregas anteriores. Era como si ya lo hubiera visto todo antes.

"Severus, por favor".

Esa misma sensación de haber visto todo antes se recupera en el reparto, donde apenas tenemos caras nuevas. La más importante es la de Jim Broadbent como el profesor de pociones Horace Slughorn, que guarda un recuerdo que podría dar la clave para derrotar a Lord Voldemort. Una elección muy acertada, ya que la presencia de Broadbent resulta ser de lo mejor de la película. Helen McCrory entra a la saga como Narcissa Malfoy, la madre de Draco. Una curiosidad: McCrory fue contratada en un principio para interpretar a Bellatrix Lestrange en La Orden del Fénix, pero finalmente tuvo que dejar el proyecto debido a su embarazo. Mi opinión es que Helena Bonham Carter como Bellatrix es una de las decisiones de reparto más acertadas de la saga, y no creo que McCrory hubiera superado su interpretación. Otra adición al reparto es Dave Legeno, imponente como el Mortífago Fenrir Greyback. Greyback es un personaje que ve reducida su importancia a la de un simple secuaz del villano, así que no puedo hablar de la interpretación de Legeno.

En lugar de incorporar personajes nuevos, la historia se centra en dar más protagonismo a personajes ya existentes, lo que permite brillar a otros actores habituales en la saga. Es emocionante ver evolucionar a Draco Malfoy, con un Tom Felton que realiza su mejor interpretación. Me gusta mucho el duelo de magia que tiene con Harry, en el que cuesta reconocer a esos dos niños inocentes que se conocieron en La Piedra Filosofal. Una pena que Daniel Radcliffe no esté tan acertado como Harry Potter. Michael Gambon realiza también su mejor trabajo como Dumbledore, siendo el personaje más importante de la película, después de Harry. Alan Rickman vuelve a brillar como Severus Snape, tras varias películas en las que su papel era reducido. Rickman y Gambon protagonizan una de las mejores escenas de la película (y de toda la saga) con la muerte de este último. 

La banda sonora está compuesta por Nicholas Hooper, que regresa tras firmar la música de Harry Potter y la Orden del Fénix. Hooper realiza una banda sonora muy inspirada que para mí es la mejor de toda la saga, juntando sus composiciones con algunos de los temas que creó John Williams para las tres primeras películas. Su música abarca un enorme rango de emociones, desde alegría y amor, hasta tristeza y muerte, pasando por una gran sensación de peligro y soledad. Me encanta el uso de coros ligeros y de cuerdas disonantes para dar un aire solemne y tenso a la película. Es imposible no emocionarse con esta banda sonora.

"Oscuros secretos serán revelados".

Harry Potter y el Misterio del Príncipe es, para mí, una de las mejores películas de la saga del joven mago. Una joya cinematográfica que se aprovecha de ser un capítulo de transición hacia algo más grande para centrarse en los pequeños detalles que hacen mejor a una película. Música, fotografía y diseño se unen para entregar una película fuerte y estilizada que merece más reconocimiento del que se le ha dado. 

Todavía no he decidido la próxima película sobre la que escribiré mi opinión. Creo que escribiré sobre alguna de ciencia ficción, y después, os traeré mi opinión sobre las dos partes de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte. Con ellas acabaré de revisar la saga, y haré otra encuesta en Twitter para que decidáis qué películas veo después. Un saludo.


jueves, 8 de septiembre de 2016

The Ring 2 (La Señal 2)

"Ha vuelto".

The Ring fue una película muy importante para el género del terror, revitalizando un género que tiene que estar en constante evolución para conseguir su objetivo de sorprender y asustar al espectador. Además, fue un éxito comercial, por lo que es normal que DreamWorks Pictures se interesara por expandir la historia y sacarle el máximo partido al concepto.

Con esta idea llegó el cortometraje titulado Rings, estrenado en 2005. En él se mostraba la idea de que la cinta de video había creado una especie de secta compuesta por personas que, tras verla, jugaban a ver quién aguantaba más sin pasarle la maldición a otro. El cortometraje resulta ser muy divertido e interesante, generando incluso más tensión que The Ring. Sus eventos conectan directamente con el comienzo de The Ring 2, estrenada ese mismo año. Y lamentablemente, la secuela no se acerca a la calidad que tenían tanto The Ring, como el cortometraje Rings.

"¿Alguna vez has visto algo tan espeluznante que tan sólo... tenías que enseñárselo a otra persona?"

La película comienza, nuevamente, con un prólogo con personajes diferentes a los protagonistas. En este prólogo tenemos a Jake, un estudiante miembro de la secta introducida en Rings, cuya semana de vida está llegando a su fin, y por tanto, debe pasarle la maldición de la cinta a otra persona. Para ello, elige a Emily, una chica de su instituto que se siente atraída por él, y que está interpretada por Emily VanCamp, más tarde conocida por protagonizar la serie Revenge, o por aparecer en el Marvel Cinematic Universe en el papel de Sharon Carter, personaje relacionado con el Capitán América. Sin embargo, Emily se tapa los ojos en el último momento, y como no ha terminado de ver la cinta, Samara termina llevándose al pobre Jake.

Es un prólogo predecible y poco original, como ya viene siendo costumbre en la saga. Después vemos cómo Rachel y Aidan tratan de pasar página mudándose a otra ciudad (Astoria, Oregón). Rachel comienza a investigar un posible asesinato que ha ocurrido en la ciudad, sólo para darse cuenta de que la maldición de Samara (casualmente) ha llegado a Astoria, y que ésta quiere poseer el cuerpo de Aidan para volver al mundo de los vivos y volver a tener una madre que la quiera. La verdad es que me cuesta escribir un resumen de la historia de The Ring 2, ya que ésta no tiene mucho sentido.

Ehren Kruger regresa para escribir el guión de esta segunda parte. Mientras que el guión de The Ring era prácticamente un calco del de la película de 1998, con algún que otro cambio en la historia y en los personajes, el guión de The Ring 2 es una historia completamente nueva. Y aunque esto podría querer decir que el guionista tiene más libertad para crear y desarrollar su historia, Kruger se supera… para peor. Nos regala una colección de escenas cada cuál más absurda que la anterior, haciendo que me cueste entender cómo permitieron avanzar la producción de la película con un guión tan débil y poco trabajado. Nuevamente caemos en lo predecible y en lo esperado, en diálogos flojos, y en personajes estúpidos que nunca llegan a caernos bien. La interesante trama de la cinta de video maldita desaparece por completo de un guión que podría no llevar el título de “The Ring”, y nadie lo notaría.

Lo único que me gustó de este guión respecto al de la película anterior fue su mayor uso del personaje de Samara Morgan. Como ya conté en su reseña correspondiente, me pareció una pena que The Ring utilizara tan poco a Samara. Al menos en The Ring 2 llegamos a verla más y conocer cosas nuevas sobre ella, aunque la mayoría de preguntas que quedaban abiertas en la primera película, siguen sin responder en ésta.

"Los muertos no duermen".

Hideo Nakata, director de la película japonesa original, sustituyó a Gore Verbinski como director de The Ring 2. Su trabajo de dirección carece de frescura e innovación y pese a sus esfuerzos, la película jamás consigue despegar. Los planos agobiantes y los filtros azulados que utilizaba Verbinski (algunos de los aspectos más característicos y destacados de The Ring) son sustituidos por un estilo barato y de escasa calidad que está lejos de los mejores trabajos de Nakata como director. Visualmente, la película no destaca por nada, salvo por los planos largos que utiliza Nakata para introducir o establecer escenas. Pasé casi toda la película lamentándome por ver a un Nakata tan poco inspirado, y echando de menos el estilo visual de The Ring.

No entiendo cómo un director tan experimentado en el género como Hideo Nakata permitió que una escena tan ridícula como la escena en la que Rachel y Aidan son atacados por unos ciervos hechos por ordenador con apariencia de videojuego de PlayStation 2 consiguiera llegar a salir en el montaje final. Además de ridícula, se trata de una escena que no aporta nada a la película; todavía sigo intentando encontrarle el sentido. En general, el uso de los efectos generados por ordenador es terrible, ya que a la ya mencionada escena de los ciervos hay que añadirle otras escenas, como la de Samara escalando el pozo en la parte final, o la del agua que sale de la televisión (en vez de agua parece tinta negra).

El montaje corre a cargo de Michael N. Knue, y pierde otra de las características de The Ring, los repentinos cortes hacia imágenes perturbadoras. En esta ocasión, el montaje no contribuye a generar sensación de terror. El ritmo de la película vuelve a ser lento, y en ocasiones llega a aburrir, ya que nunca pasa nada sorprendente.

"El miedo vuelve a dar señales".

En el reparto tenemos a Naomi Watts y David Dorfman retomando sus papeles de The Ring. De nuevo, Watts se ve perjudicada por un guión que descuida el desarrollo de su personaje, y no le permite destacar. Dorfman llega a volverse insoportable en el papel del pequeño Aidan, que comienza a ser poseído por el espíritu de Samara. Vaya, qué original. También regresa Daveigh Chase como Samara, con una mayor presencia que, lamentablemente, no contribuye a que la película genere más terror.

Simon Baker (El Mentalista) llega como gran fichaje para esta segunda parte, interpretando en esencia al mismo tipo de personaje que interpretaba Martin Henderson en The Ring. Incluso sufren el mismo destino. Como actor, prefiero a Baker que a Henderson, pero el papel de Baker es tan irrelevante que nunca llegas a conectar con él. Me pareció curioso el cameo de Sissy Spacek como Evelyn, madre biológica de Samara. Spacek ha conseguido ser un mito del terror con su papel en Carrie, de Brian De Palma, por la que llegó a conseguir incluso una nominación al Oscar.

Para componer la banda sonora, regresa Hans Zimmer. En este caso, Zimmer entrega una banda sonora olvidable que nunca llega a destacar como lo hacía en la primera entrega. Me cuesta creer que un compositor de tanto prestigio haya hecho una banda sonora tan mediocre.

"Dejaste entrar a los muertos".

Recordaré The Ring 2 como un filme que intenta tomarse en serio a sí mismo, pero jamás toma en serio al espectador. Un desperdicio de talento y recursos que todavía va a dar lugar a una tercera parte, titulada Rings, como el cortometraje de 2005). Va dirigida por el español F. Javier Guitérrez, y tiene previsto su estreno en un par de meses. Le deseo suerte, pues el tráiler pinta interesante y la premisa me atrae. Desde luego, lo tiene muy fácil para superar a The Ring 2.

Antes de que acabe la semana subiré mi opinión sobre la sexta entrega de la saga de Harry Potter, Harry Potter y el Misterio del Principe, la cual es una de mis favoritas. ¡Un saludo!

lunes, 5 de septiembre de 2016

Harry Potter y la Orden del Fénix

"Eres un necio, Harry Potter, y lo perderás todo".

¿Qué fue de aquel niño que se adentraba en un mundo enorme de magia y fantasía? En Harry Potter y la Orden del Fénix, tiene quince años y ya no hay rastro de sus miradas de inocencia y asombro. Conforme la saga ha ido creciendo, también lo ha hecho el peligro al que se enfrentan los personajes. Esta quinta entrega es la más cruda y realista de todas hasta el momento. En ella, Harry y sus amigos se darán de bruces con la triste realidad del mundo mágico: funciona de manera complicada, y no es tan divertido como parecía.

El Ministro de Magia se niega a creer que Lord Voldemort haya regresado. Piensa que es una estrategia de Dumbledore para arrebatarle el puesto, y hará cualquier cosa para ocultar la posibilidad de un regreso del Señor Oscuro. Utiliza su cargo para colocar a una de sus seguidoras, Dolores Umbridge, como profesora en Hogwarts, asegurándose de que los estudiantes aprenden magia desde una perspectiva controlada por el Ministerio. Con todos estos problemas, Harry comienza a distanciarse de sus amigos y a sentirse cada vez más sólo, lo que le vuelve más vulnerable contra un Lord Voldemort que busca un objeto que le podría permitir recuperar el poder y la gloria que perdió en el pasado.

"Comienza la rebelión".

La silla de director pasa a ser propiedad de David Yates, un director inglés que procedía de la televisión. Pese a su falta de experiencia dirigiendo cine, Yates consigue reflejar muy bien el tono político que caracteriza a esta película, y la diferencia de las demás entregas de la saga. Se nos muestra por primera vez cómo funciona el mundo mágico más allá de la escuela de Hogwarts, y éste no es muy diferente de nuestro mundo real. El Ministerio de Magia controla a las masas manipulando los medios de comunicación, e incluso la educación, en su afán por ocultar una terrible verdad que podría cambiar radicalmente las cosas.

Yates muestra un estilo sobrio y realista, similar al de Alfonso Cuarón en Harry Potter y el Prisionero de Azkaban, que para mí sigue siendo el mejor director que ha pasado por la saga. Yates y el director de fotografía, Slawomir Idziak, iluminan la película con colores azulados, reflejando la frialdad de la historia. Trabajando con el coreógrafo Paul Harris, crea unas escenas de lucha con varitas superiores a las de anteriores entregas. El trabajo en efectos visuales (la mayoría creados por la empresa londinense Double Negative) es fantástico; para mí, el mejor de la saga hasta el momento. El trabajo realizado para crear a Grawp, el gigante hermano de Hagrid, es admirable, utilizando una novedosa tecnología de captura de movimiento que posteriormente vimos en muchas otras superproducciones. También me encantó la aparición y el diseño de los thestrals. Los efectos están tan bien logrados que parecen reales, y se integran mucho mejor en la película que, por ejemplo, en El Cáliz de Fuego.

Tengo que hacer mención especial a la escena del vuelo en escoba, la cual sucede en los primeros compases de la película. Yates y su equipo de efectos visuales nos llevan de viaje por varias de las localizaciones más míticas de Londres. Me gusta ver que Londres juega un papel importante en la película, contribuyendo a la sensación de realismo que la película persigue desde el principio.

"El miedo nos lleva a hacer cosas terribles".

La Orden del Fénix marca la primera (y única) vez que Steve Kloves no realiza el guión cinematográfico. Dado que Kloves tenía otros trabajos que atender, el puesto de guionista pasó a ser propiedad de Michael Goldenberg, quien ya había sido considerado años antes para el guión de la primera entrega de la saga. Goldenberg tiene la difícil tarea de adaptar a la gran pantalla el libro más largo y mejor de toda la saga, y lamentablemente, no está a la altura. Sus diálogos son fluidos y contribuyen al ritmo rápido que tiene la película, pero el guión resulta ser una adaptación bastante mala, con multitud de tramas secundarias que terminan por no desarrollarse completamente, y otras que, directamente, son eliminadas.

El mejor ejemplo de ésto lo tenemos en el personaje de Cho Chang, a la que conocimos en la anterior entrega como un posible interés amoroso de nuestro Harry Potter. En esta película, esa historia de amor se hace realidad con el primer beso de la pareja, pero después de esto, el personaje de Chang desaparece del guión. Lo cual es un error, dado que se implica que Chang es la que traiciona a Harry y su grupo de amigos, contándole a la profesora Umbridge todos sus planes. Supuestamente, Harry está destrozado, sin saber que en realidad Cho no tuvo elección, ya que fue sometida a los efectos del Veritaserum, una poción que hace revelar todos sus secretos al que la toma. Esta interesante trama, que contribuiría al desarrollo del personaje de Harry, se cuenta de pasada, y el espectador medio que no tenga conocimiento de la trama del libro, apenas se enterará.

Me dolió también que se recortara el protagonismo de Neville Longbottom, un personaje simpático que tenía en este libro la oportunidad de ser importante para la trama. La interesante trama del destino que sufrieron sus padres se cuenta de manera breve, y no hay rastro de su importancia en la profecía que aparece al final de la película. Simplemente, el personaje de Neville se reduce a un conjunto de escenas de humor y otras de acción. Otro personaje cuyo protagonismo disminuye es el de Ron Weasley, quien en el libro tenía cierto desarrollo, ya que cumplía su deseo de probar para el equipo de quidditch, y se enfrentaba a desafíos por sí mismo, separándose un poco de la sombra de Harry. También me hubiera gustado que mantuvieran el detalle de que Ron, Hermione, y Malfoy fueran prefectos de sus casas, lo que nos mostraría cómo han crecido los personajes desde que entraron a Hogwarts por primera vez.

El principal objetivo del guión de Goldenberg es narrar el viaje emocional de Harry Potter, y afortunadamente consigue mostrarnos a un Harry diferente, que en ciertos momentos nos sorprende, asusta, e incluso nos da algo de pena. Este mayor desarrollo del personaje permite a Daniel Radcliffe destacar en su interpretación, como ya ocurriera en Harry Potter y el Prisionero de Azkaban.

"Eres una buena persona a la que le han sucedido cosas malas".

Stuart Craig regresa en el diseño de producción de la película. Me pregunto qué hubiera sido de la saga sin el trabajo de Craig, ya que para mí, casi todo el éxito de la saga se debe a este hombre. En esta ocasión, Craig construye enormes y preciosos decorados para mostrarnos el Ministerio de Magia. Siempre me gustaron los pasillos oscuros del Departamento de Misterios. La casa del Número 12 de Grimmauld Place es muy misteriosa, haciéndonos preguntar qué historias se esconden tras esos bonitos pero decadentes muros. El despacho de la profesora Umbridge presenta un curioso rediseño de un decorado ya visto en anteriores películas, reflejando a la perfección el carácter del personaje.

A modo de curiosidad, me apetece destacar que el escenario de la sala de las profecías estaba totalmente creado de manera digital. Los planos, la iluminación, y el ritmo hacen que sus escenas sean de mis favoritas de toda la película.

Como es habitual en cada película de Harry Potter, hay algunas adiciones a un reparto que no deja de crecer tanto en número, como en talento. Imelda Staunton destaca sobre el resto, interpretando a Dolores Umbridge, uno de los personajes más odiados de la saga. Sus miradas, sus gestos, y su voz son fantásticos, y no me puedo imaginar una mejor actriz para el papel. Sucede algo parecido con Helena Bonham Carter, en el papel de Bellatrix Lestrange, una de las seguidoras más leales y peligrosas de Lord Voldemort. Aunque tiene pocas escenas, su interpretación le hace ganar presencia en la pantalla, y convertirse en un personaje muy popular entre los seguidores de la saga. Otra gran incorporación es la debutante Evanna Lynch como la encantadora Luna Lovegood.

De los actores que regresaban de películas anteriores, me quedo con Daniel Radcliffe, que es capaz de añadirle más capas y dimensiones a su personaje protagonista. Su actuación como Harry Potter impresiona, y en ciertos momentos, asusta. Nos muestra a un Harry en uno de los momentos más críticos de su vida, con Voldemort introduciéndose poco a poco en su mente, hasta casi hacerle perder la cabeza. Lord Voldemort no llega a ser tan amenazante como lo era en El Cáliz de Fuego, pero su duelo final contra Dumbledore es impresionante.

Para la banda sonora llega un nuevo compositor, Nicholas Hooper. Hooper introduce tanto variaciones en temas famosos de John Williams, como nuevos temas propios, creando una banda sonora capaz de ser oscura y optimista, según la escena en la que nos encontramos. Personalmente, su trabajo en La Orden del Fénix es de mis favoritos de la saga.

"Tenemos una cosa que Voldemort no tiene: algo por lo que merece la pena luchar".

En líneas generales, Harry Potter y la Orden del Fénix es una película muy entretenida con un ritmo frenético, más propio de una película de acción. Introduce temas interesantes e innovadores dentro de la saga, pero no llega a estar a la altura del que es para muchos el mejor libro de la misma. El filme cae preso de su propio ritmo, dejando preguntas sin resolver y olvidando por completo varias tramas para centrarse en la acción. Se trata de la entrega más débil de la saga, pero aún así no pierde el encanto del asombroso Mundo Mágico de J. K. Rowling.

Espero que os haya gustado la reseña. Volveré en unos días con opiniones sobre la secuela de The Ring, y la siguiente entrega de la saga de Harry Potter. Un saludo.


domingo, 4 de septiembre de 2016

The Ring (La Señal)

"Morirás en siete días".

Cuando era pequeño, prácticamente cualquier cosa me daba miedo. Por la noche, me venían a la cabeza pensamientos horribles, y en ocasiones, no llegaba a dormir nada. Un día me hablaron de The Ring, y me contaron que era de las películas más terroríficas que se habían hecho. Años después, me quedé sólo en casa, y decidí verla, quedando profundamente decepcionado. La volví a ver ayer por la noche, y mi opinión no cambió.

Porque por mucho que diga la gente, The Ring no da miedo. No es una buena película de terror. Sería una película aceptable de misterio con un toque sobrenatural, pero no es así como nos la han anunciado, sino como una película de terror que te pondrá los pelos de punta. Y lamentablemente, The Ring fracasa en generar terror en el espectador.

En su momento The Ring creó la mayor parte de los tópicos de las películas de terror que conocemos actualmente, incluyendo el uso del personaje de la niña pálida de pelo largo y negro, que va vestida de blanco. También inició una oleada de remakes de películas de terror japonés como The Grudge (El Grito), Dark Water (La Huella), Conexión, o Llamada Perdida. Hay que darles crédito por eso. Sin embargo, creo que hay que valorar The Ring por cómo funciona como película, en lugar de centrarnos en lo que vino después. Por eso, creo que The Ring es una película innovadora, sí, pero mediocre en su ejecución.

"Todos sufrirán".

La película comienza con dos chicas jóvenes, Katie y Becca, teniendo una conversación sobre los peligros de la televisión. En determinado momento, cambian de tema para hablar de una leyenda urbana, sobre una cinta de vídeo que, siete días después, provoca la muerte de todo el que la vea. Convenientemente, una de las chicas revela que vio la cinta una semana antes, y minutos de metraje después, somos testigos de su muerte. O no, porque en realidad lo único que se nos muestra el grito de la chica, y después fundimos a negro.

Tras este prólogo poco original y bastante aburrido, se nos muestra por primera vez a la verdadera protagonista del filme, una periodista llamada Rachel Keller, que a su vez resulta ser la tía de la chica fallecida. A petición de la madre de ésta, Rachel decide investigar el misterio que rodea a la cinta de video, lo que la colocará en una carrera contra el tiempo mientras trata de descubrir la forma de salvar su vida y la de su hijo, que también vio la cinta de video por error.

El principal problema del guión, escrito por Ehren Kruger y basado en la película japonesa homónima estrenada en 1998, es que nunca consigue sorprender al espectador. En todo momento tenemos la sensación de que todo eso ya lo hemos visto antes. En una película de terror, ésto es algo imperdonable, ya que sorprender al espectador es muy importante para que éste vea la película con tensión, y sin saber lo que viene después. En el caso de The Ring, sabemos siempre lo que va a pasar a continuación, y nunca llegamos a estar asustados del todo.

El guión acierta en contar la historia lentamente, y centrarse en la figura y el pasado de Samara Morgan (la antagonista). Me gusta mucho la historia de fondo que preparan para Samara; es interesante, triste, y la convierte en un personaje atormentado por el que te preocupas, en lugar de un personaje simplemente malo sin ningún tipo de motivo. Al acabar la película tenemos muchas preguntas sin resolver, y otros aspectos de la película directamente no tienen ningún sentido. ¿Cómo grabó Samara la cinta? ¿Por qué llama al teléfono cada vez que alguien ve la cinta? ¿Por qué la cara de las personas que han visto la cinta aparece borrosa en las fotografías? Bueno, ya paro, para no soltar demasiados spoilers.

"Antes de morir, verás la señal".

Entre lo poco decente de esta película se encuentra el trabajo de dirección por parte de Gore Verbinski, más conocido por ser el director de las tres primeras películas de Piratas del Caribe. Verbinski demuestra estar por encima de la calidad media de la película, y es su dirección la que la salva de ser un desastre. Con sus planos y sus filtros azulados y grisáceos refleja muy bien la sensación de miedo y de peligro que sienten nuestros protagonistas, y es capaz de crear algunas escenas de tensión. Disfruta generando anticipación para los sustos, pero todo eso no sirve de nada si luego el susto no llega. Al final, uno es incapaz de tomarse en serio la película, ya que prácticamente nunca tenemos escenas de verdadero terror. 

El montaje corre a cargo de Craig Wood, habitual colaborador de Gore Verbinski. Wood consigue generar el terror que le faltaba al guión, mediante el uso de repentinos cortes que muestran imágenes perturbadoras. Estos cortes son bastante aleatorios, y tan sólo proporcionan uno o dos sustos baratos, pero al menos, son inesperados. Recordemos que en esta película lo inesperado escasea. Lo peor del montaje llega en la parte final, en la que se vuelve irregular y se hace interminable. Hasta en tres ocasiones nos parece que la película va a terminar, y luego continúa con más escenas. 

"No quiero hacerles daño, pero lo hago".

Protagonizando la película tenemos a Naomi Watts, que hace lo que puede interpretando a Rachel. Watts es una gran actriz, pero aquí su actuación no pasa de correcta, por culpa de un guión que no le deja espacio para mucho más. El guión apenas se preocupa por desarrollar los personajes; éstos no son más que tópicos sin ningún tipo de historia ni trabajo detrás. Lo mismo digo con Brian Cox, otro gran actor desaprovechado interpretando al padre de la "criatura", Richard Morgan.

Martin Henderson está horrible como Noah Clay, el personaje que acompaña a la protagonista durante la película. Su interpretación es, simplemente, mala. En ningún momento llega a sobresalir ni ganar presencia en la pantalla, y tampoco resulta simpático para el espectador. David Dorfman realiza un mediocre trabajo como Aidan Keller, el hijo de la protagonista, que más bien parece un calco de Haley Joel Osment en El Sexto Sentido, sólo que este último sí lograba ponernos los pelos de punta.

Daveigh Chase interpreta a Samara. Su presencia en la película es muy reducida, pero se ha convertido en un icono del cine de terror. Es una pena que un personaje tan espeluznante esté tan desaprovechado. Tenemos que esperar más de hora y media para poder ver a Samara Morgan en todo su esplendor, y aunque la escena no decepciona, desearía que hubieran utilizado más al personaje. 

La banda sonora está compuesta por Hans Zimmer, siendo de lo mejor de la película. Una banda sonora inquietante, que merecía una película que estuviera a la altura. Tener a un compositor como Zimmer (Piratas del Caribe, Batman Begins) en tu película es todo un lujo que no se puede desaprovechar. Si alguien quiere escuchar la estupenda banda sonora de The Ring, la tiene en Spotify.

"Ella nunca duerme".

Admito que The Ring fue una película importante para el género en su momento, pero en lineas generales, es una película mediocre. Tiene su mérito, porque inventó varios de los estereotipos que todavía se siguen utilizando en el cine de terror actual, pero desearía que la ejecución de los mismos hubiera sido mejor, y que no hubiera desaprovechado talentos como Verbinski, Watts, o Zimmer. En la época de su estreno, su fórmula fue innovadora, pero estaba lejos de ser perfeccionada. Hay películas posteriores que utilizan esquema y estilo similar a The Ring y que, sin embargo, son mejores que ésta.

La semana que viene cambia el número de entradas en el blog por semana. Serán dos o tres, dependiendo del tiempo que tenga, ya que me voy de viaje y cuando vuelva, comenzará el curso. Trataré de escribir mi opinión sobre la secuela de The Ring antes de que se acaben los siete días que me quedan de vida, tras haber visto la perturbadora cinta de video. Un saludo.


sábado, 3 de septiembre de 2016

Harry Potter y el Cáliz de Fuego

"Todo cambiará".

La saga Harry Potter continúa evolucionando con esta cuarta entrega, que tiene un argumento más oscuro y violento que las películas anteriores, mientras conserva el toque de cine de aventuras que estaba muy presente en las dos primeras películas de la saga y que se había perdido un poco en El Prisionero de Azkaban, la cual parecía más una película de autor que la típica superproducción. 

Harry Potter se dispone a comenzar su cuarto curso en Hogwarts, tras haber sido testigo de un ataque de los seguidores de Lord Voldemort durante los Mundiales de Quidditch, a los que había ido junto a sus amigos. Este año se celebra el Torneo de los Tres Magos, un importante evento que selecciona a estudiantes de tres escuelas de magia diferentes, enfrentándolos en pruebas que pondrán sus vidas en grave peligro. Cuando Harry es seleccionado para competir sin haberse presentado, y siendo demasiado joven para hacerlo, se ve obligado a enfrentarse a temibles desafíos, al tiempo que tiene horribles pesadillas sobre Voldemort, que está más cerca que nunca de regresar.

"Aunque venimos de diferentes lugares y hablamos diferentes lenguas, nuestros corazones laten como si fueran uno sólo".

Tras la negativa de Alfonso Cuarón a regresar para dirigir El Cáliz de Fuego, la silla de director pasa a Mike Newell, el primer director británico de la saga, conocido por su gran trabajo en Cuatro bodas y un funeral, que le valió un Premio BAFTA a la Mejor Dirección. Newell es un director muy diferente a Cuarón, pero en lo que a Harry Potter se refiere, mantiene algunas de las ideas que el director mexicano trajo a la saga. La paleta de colores es heredera de la de El Prisionero de Azkaban, si bien Newell no renuncia al característico color de las dos primeras películas. Su estilo es algo intermedio entre Chris Columbus y Alfonso Cuarón, oscuro y terrorífico a la vez que bello y colorido. 

Sin embargo, Newell fracasa creando la sensación de peligro que requerían las pruebas del Torneo de los Tres Magos. La acción es lenta en lugar de frenética y visceral. Tampoco tenemos escenas con efectos especiales innovadores como las tuvimos en anteriores películas (quidditch, bullet time). Tenemos más imágenes generadas por ordenador, y aunque son correctas y están bien logradas, en ocasiones te sacan totalmente de la película, como es el caso de la segunda prueba del Torneo, en la que Harry se enfrenta a multitud de demonios acuáticos. 

Newell acierta en manejar las emociones de los personajes. El montaje de la película es magnífico, capaz de mostrarnos un gran rango emocional sin perder el ritmo. Nuestros protagonistas entran en la adolescencia, y Newell sabe muy bien cómo quiere enseñarlo. En ocasiones me ha recordado a las películas de adolescentes de los años ochenta de John Hughes. También le vemos muy cómodo durante la parte final de la película, desde que tiene lugar la tercera prueba del Torneo. Me encantan sus planos durante las escenas del laberinto, y la confrontación final con Lord Voldemort es terrorífica. 

"Tiempos difíciles y oscuros nos aguardan. Pronto deberemos elegir entre lo que es correcto, y lo que es fácil".

Era de esperar que al realizar la adaptación del libro a la película, muchos conceptos y escenas quedaran reducidos e incluso desaparecieran, ya que el libro original de Harry Potter y el Cáliz de Fuego es casi el doble de largo que el de El Prisionero de Azkaban. Incluso Steve Kloves, que regresa para firmar el guión, dijo que pensaban realizar la película en dos partes, pero no encontraron la forma de dividir la historia. Afortunadamente, Kloves consigue un guión muy entretenido, que mezcla momentos de humor con momentos de auténtica tragedia. Tiene que ser muy difícil condensar un libro de 734 páginas en una película, pero se nota que Kloves conoce y entiende la historia a la perfección.

Dato curioso que cualquiera habrá visto, pero que me apetece comentar igualmente: la profecía con la que la Profesora Trelawney asusta a Harry en El Prisionero de Azkaban se cumple en esta película. Me encanta que las películas estén bien construídas y conectadas entre sí, aunque los directores sean distintos.

Un aspecto interesante de este filme es que, de nuevo, el mundo mágico se expande. Descubrimos que hay escuelas de magia más allá de Hogwarts, y conocemos muchos personajes nuevos e interesantes. Es admirable que estemos en nada más y nada menos que la cuarta entrega de una saga, y sigamos recibiendo historias novedosas, y de gran calidad. Otras sagas míticas en la historia del cine, como Star Wars o Indiana Jones, no pueden decir lo mismo.

El diseño de producción de Stuart Craig vuelve a ser impecable. Es una película con una escala mayor que las tres anteriores, por lo que la dificultad aumenta. Pero tanto Craig como la decoradora de escenarios Stephenie McMillan realizan un trabajo fantástico. El rediseño del Gran Comedor para acoger el evento del Baile de Navidad es precioso, y los decorados construidos para las tres pruebas del Torneo de los Tres Magos son impresionantes, especialmente en la tercera prueba, que sucede en un enorme laberinto. También me gusta mucho el diseño del cementerio en el que tiene lugar la confrontación final con Lord Voldemort. Han pasado once años, y sigue dándome escalofríos. 

"Los lazos de amistad que hemos formado este año serán más importantes que nunca".

El trío protagonista ha alcanzado la adolescencia, y es interesante ver cómo van creciendo tanto física como mentalmente. Ron y Hermione comienzan a sentirse atraídos, y Harry encuentra el amor por primera vez en una estudiante de Ravenclaw llamada Cho Chang, interpretada por Katie Leung. Es algo que no habíamos visto antes, y que da pie a situaciones muy divertidas.

Siendo una historia tan grande en escala, es una pena que secundarios que brillaban en películas anteriores apenas tengan protagonismo en ésta. Hablo de Robbie Coltrane (Hagrid), o Alan Rickman (Snape), aunque sí llegamos a conocer un poco sobre el pasado del segundo. Tenemos algunas adiciones interesantes, como Brendan Gleeson (Alastor Moody) o el siempre inquietante David Tennant (Barty Crouch Jr.), aunque ambos quedan diluídos en un guión que no se centra demasiado en ellos. Hay que destacar la primera aparición de Lord Voldemort en carne y hueso, interpretado por un irreconocible Ralph Fiennes. Personalmente, en esta película Voldemort me resulta aterrador, y me dio muchas pesadillas cuando la fui a ver al cine con nueve años. 

Patrick Doyle sustituye a John Williams como compositor de la banda sonora, y aunque ésta no llega a ser tan icónica y mítica como la de Williams, realiza un trabajo muy sólido. Su música sobresale en la parte final de la película, tras la horrible muerte de cierto estudiante de Hogwarts.

"Ha vuelto. Voldemort ha vuelto".

Con Harry Potter y el Cáliz de Fuego tenemos una película de aventuras muy bien construída, con un gran equilibrio entre aventuras, drama, humor, misterio, y terror. Mantiene los impecables valores de producción y reparto característicos de la saga, y nos proporciona una buena dosis de entretenimiento durante las casi dos horas y media de duración. 

Esta semana me vuelvo a ir de viaje, aunque tengo alguna reseña preparada para no tener que estar otra semana sin subir ninguna entrada al blog. Se acerca el inicio del curso, y ya voy anunciando que durante el mismo no subiré una entrada diaria, como venía haciendo durante las vacaciones. Estoy pensando en si subir únicamente una o dos entradas por semana, o en si simplemente escribir una reseña cada vez que vea una película, y tenga tiempo suficiente para hacerlo. Un saludo.